Ochíos, {repostería tradicional de Semana Santa}

¡¡Holitass!! ¿Qué tal se os ha dado el inicio de la Semana Santa? ¿Andáis de vacaciones ya? Espero que, si no es así, (como el caso de la que escribe =D), al menos tengáis lo festivos oficiales, jeje ;)

Yo este año estoy con la sensación de que que tengo vacaciones como cuando estaba en el colegio, la facultad..., vamos que me creo que tengo toda la semana, jiji, que estaba en el Domingo de Ramos, y yo con la cabeza pensando que tenía toooda una semana por delante de vacaciones..., y como que no, ¬¬

Peero, aunque no esté de vacaciones, eso no quita que no podamos disfrutar de los dulces que corresponde degustar en esta época. Que yo llevo con el chip activado de "monazo de rosquitos y ochíos" desde hacía unas semanas, (en mi pueblo es típico encontrar ya estos dulces durante la Cuaresma), así que imaginad si mi chip lleva activado desde hace días, jiji =D
No fue hasta este finde cuando me puse a "tope" con mi hornito y pude hacer ya estas delicias y cuando me comí mi rosquito esa tarde con el café me invadió la sensación de "ahora sí que siento que estoy en Semana Santa", jijij :) Es la magia de los recuerdos a los que te pueden transportar ciertos olores y sabores =) 

Ya el año pasado os traje la receta de los Rosquitos trenzados, que me encantan y que os animo a hacer si el año pasado no los hicisteis. Este año, aparte de las ganas de rosquitos, se me antojó, (tanto comer como hacer), los otros dulces que he nombrado, los llamados "ochíos", que son como unas pastas duras de matalahúva y ajonjolí y cuya forma es similar a la mitad de un 8. 
Como una imagen vale más que mil palabras...


Como ya ocurrió con la receta de los rosquitos, la de los ochíos la pude hacer gracias al blog Asopaipas, el cual contiene innumerables recetas tradicionales de distintos pueblos y localidades, entre el que se encuentra el mío. 

La verdad es que hice esta receta con un poco de miedo, porque hay que tener mucho cuidado con no pasarse, (ni quedarse corto), con el horneado. El ochío tiene que estar durito, así que imaginad lo que puede conllevar el pasarse con el horneado, jumm :(

Afortunadamente, (y gracias también a mi hipervigilancia con el horno, jeje), salieron superbuenos y nada de durezas incomibles =D yupii, ¡qué buenos, con el saborcito a anís! Me transportan directamente a mi pueblo y a mi casa en Semana Santa, donde no faltaban durante la Cuaresma bolsitas de rosquitos y de ochíos en el cajón de la cocina :)

Mejor me pongo a escribiros la receta antes de que me ponga más melancólica :( 
Seguí las indicaciones tal cual las del blog original, aunque reduje las cantidades originales, (tampoco me quería enterrar en ochíos y más sin saber cómo me quedarían :S)








- 150g de aceite de oliva.
- 50g de ajonjolí.
- 50g de matalahúva.
- 250g de azúcar.
- 500g de harina de fuerza.
- Agua templada con un poco de sal, (la cantidad será un poco a ojo, pero más o menos yo creo que necesité como un vaso).

Con estas cantidades me salieron unos 35 ochíos más o menos, aunque dependerá del tamaño que los hagáis.


PREPARACIÓN

1. El primer paso, como ya os decía con los rosquitos, será freír el aceite previamente en una sartén, junto con la matalahúva y el ajonjolí. Vigilar para evitar que se nos quemen.
Una vez listo, retirar del fuego y dejar enfriar por completo antes de empezar a hacer la masa.

2. Una vez que ya tengamos el aceite frío, añadirle el azúcar y mezclar el conjunto.

3. A continuación, incorporarle la harina y de nuevo mezclarlo todo.

4. Por último, le iremos añadiendo el agua templada. Como la cantidad dependerá de distintos factores y es difícil cuantificar exactamente el agua que necesitaréis, lo suyo es que vayáis añadiéndola poco a poco. Ir integrando con cada adición hasta que obtengáis una masa similar al pan, que sea compacta y manejable.

5. Ahora iremos cogiendo porciones de masa e iremos formando los ochíos. La forma de realización es como los pasos 1 y 2 que seguimos al hacer los rosquitos. Luego, con un cortador de pizzas se hará una ligera incisión a lo largo de la superficie.



6. Una vez hechos, colocarlos en la bandeja de horno sobre papel vegetal e introducir en el horno, (previamente precalentado a 180°C), y mantener durante unos 15- 20 min, hasta que adquieran color doradito y vigilando para evitar que se nos quemen!! Jiji. Recordar que el tiempo de horneado variará mucho entre horno y horno ;)

7. Una vez listos, sacar del horno y colocar sobre una rejilla, donde los dejaremos hasta que se enfríen por completo, (yo no me pude aguantar y probé uno de ellos aún calentito, uhmm, ¡qué rico! Pero fue todo con finalidad científica, jijij)



Tendréis unos dulces riquísimos para disfrutar durante estas fiestas. Además, no son nada empalagosos y son ideales para llevarlos como tentempié ;)



Vale que estéticamente quizás no sean los dulces más preciosos, pero es repostería tradicional en su máximo esplendor y su sabor compensa todo lo demás. Como decía la canción.., "la belleza está en el interior", o en este caso..., en su sabor, jijij =D



Por hoy, va tocando despedirme ya. Espero que disfrutéis mucho estos días, ya sea disfrutando de la Semana Santa o simplemente disfrutando de días de descanso y desconexión, pero eso sí, no dejéis de hacer estos dulces tan requetebuenos para acompañar una u otra opción ;D


Art comes from the heart.
....., hasta la próxima recetichi!! :) :)

Comentarios

Entradas populares